Cuenta la leyenda que al llegar el fin de la era, el Ave Fénix no temió la muerte… ardió de pasión y su espíritu se elevó hacia el vacío de un nuevo comienzo…
El Fénix es el tótem que guarda y protege este proyecto. Simboliza el camino de transformación que necesitamos experimentar en el ámbito de las relaciones humanas, con nosotros mismos y con la manera en que acompañamos a los niños que llegan a nosotros. Pues en ellos sembraremos aquello que ya exista en nosotros. También la fuerza del Fénix nos inspira, para ser determinantes y firmes en nuestro camino, ya que “se necesita mucha fuerza para defender la ternura”.
El nido del Fénix nació fruto de nuestra propia experiencia en la etapa de la crianza; donde desarrollamos una clara percepción de las carencias que tiene nuestra sociedad para cuidar de la infancia y de la familia. Y de la importancia de esto para crear nuevos horizontes humanos. Por eso hemos creado un espacio que deseamos sea positivo para las niñas, los niños y sus familias. Donde tejer red y estar más presentes.
NUESTROS PRINCIPIOS
- Cada persona viene al mundo con un ser interno que sabe lo que necesita para desarrollarse. Si el ser interno es escuchado, va guiando a la persona a lo largo de todo su desarrollo.
- Una manera en que el ser interno se comunica es mediante la motivación intrínseca. Esa motivación debe ser reconocida y protegida para que se produzca el desarrollo acorde a las propias necesidades.
- La tensión bloquea la comunicación sutil del ser interno, por eso todos los elementos que generan tensión deben ser disipados cada vez de forma más profunda.
- Consideramos que estar activamente presentes es necesario para relacionarse con el mundo desde el corazón. Todo nuestro hacer va encaminado a aumentar esta capacidad de estar activamente presentes.
- Diseñamos el espacio de tal manera que sea fuente de bienestar. Los materiales naturales, la armonía en los colores, en las formas, son elementos en los que ponemos atención y cuidado. El ritmo, los límites, el espacio, la armonía en el espacio y el agua en movimiento ayudan a generar un ambiente relajado.
- Elegimos a los profesionales por su compromiso con el bienestar de la infancia y su capacidad para estar presentes en su hacer. Que cuentan con herramientas para ayudar a reconectar cuando se ha perdido el camino. Que acompañen las necesidades de niños y familias de un modo respetuoso y relajado. Y a su vez, sepan velar por los límites necesarios para una convivencia relajada.
- Para nosotros es importante que El nido del Fénix esté respaldado y supervisado por personas con mucha experiencia que puedan hacer las correcciones necesarias para incrementar la calidad y profundidad del trabajo. Actualmente contamos con el asesoramiento de Gema Cotallo.
El ESPACIO
Hemos creado un lugar que sentimos muy especial donde puedan darse actividades que cuiden de la infancia y del ser humano. Hemos puesto mucha atención, consciencia e implicación en crear el espacio.
Pensamos que un espacio construido con materiales naturales contribuye a generar calma y bienestar en el ser humano. Por eso nuestra casita está hecha de madera, paja, arcilla, piedra y mucho cariño. Cuenta con una sala amplia donde se puede comer, en la que también hay diferentes rincones de juego. Un cuarto tranquilo donde poder descansar y hacer actividades de mayor concentración. Un baño dentro y un baño que da directamente al exterior. Un amplio y acogedor porche donde quitarse zapatos y abrigos. Y una sala de movimiento que ocupa la mitad acristalada del porche. La casa está integrada en el entorno, respetando los árboles que ya había.
El espacio está diseñado de forma que sea seguro, acogedor y relajado. En un entorno natural. Con posibilidad de refugiarse del frío, el calor, el viento y la lluvia. Contamos con un jardín de 2000 metros, con viejos robles que nos dan sombra en verano y dejan pasar el calor del sol en invierno. Las ardillas nos visitan todas las semanas y el cantar de los pájaros nos arrulla en los momentos de quietud.
Hemos cuidado la armonía durante el proceso de construcción, trabajando en equipo y poniendo todos lo mejor de nosotros mismos, pues entendemos que la manera en que se crea el lugar también es importante.
El ESPACIO
Hemos creado un lugar que sentimos muy especial donde puedan darse actividades que cuiden de la infancia y del ser humano. Hemos puesto mucha atención, consciencia e implicación en crear el espacio.
Pensamos que un espacio construido con materiales naturales contribuye a generar calma y bienestar en el ser humano. Por eso nuestra casita está hecha de madera, paja, arcilla, piedra y mucho cariño. Cuenta con una sala amplia donde se puede comer, en la que también hay diferentes rincones de juego. Un cuarto tranquilo donde poder descansar y hacer actividades de mayor concentración. Un baño dentro y un baño que da directamente al exterior. Un amplio y acogedor porche donde quitarse zapatos y abrigos. Y una sala de movimiento que ocupa la mitad acristalada del porche. La casa está integrada en el entorno, respetando los árboles que ya había.
El espacio está diseñado de forma que sea seguro, acogedor y relajado. En un entorno natural. Con posibilidad de refugiarse del frío, el calor, el viento y la lluvia. Contamos con un jardín de 2000 metros, con viejos robles que nos dan sombra en verano y dejan pasar el calor del sol en invierno. Las ardillas nos visitan todas las semanas y el cantar de los pájaros nos arrulla en los momentos de quietud.
Hemos cuidado la armonía durante el proceso de construcción, trabajando en equipo y poniendo todos lo mejor de nosotros mismos, pues entendemos que la manera en que se crea el lugar también es importante.
EL COMIENZO
ARANTZAZU
Coordinadora de El nido del Fénix
Abrirnos a la infancia nos ofrece la oportunidad de reconectar con nuestro impulso vital. La importancia de cuidarnos, para cuidar bien de nuestros niños. Por ello quisimos crear un lugar donde plantar la semilla de algo más coherente y con más presencia. Un sitio armonioso y cuidadoso con las necesidades de las niñas y las inquietudes de las familias.
Es un proyecto que está vivo. Los ideales, nos guían, sin embargo estamos bien enraizados, pues es desde el suelo desde donde estamos construyendo.
DAVID
Creador y constructor del espacio de El Nido del Fénix
Creo que cada persona tiene una parte esencial, una semilla capaz de desarrollarse. Considero que una responsabilidad fundamental de los adultos que acompañan el desarrollo de un niño es ofrecer un ambiente seguro en el que la espontaneidad, la iniciativa, la motivación, la creatividad, la inspiración y demás cualidades de la esencia puedan marcar el ritmo. Sin prisas, sin presiones, sin tensión, sin juicios. Con atención, con presencia, con paciencia, con amor.
Un lugar que fomente la curiosidad y la experimentación, preservando el sentido del asombro. Que respete a cada ser humano como para reconocer sus diferencias y necesidades particulares, que preste atención a sus procesos emocionales y sociales, y que confíe en la esencia de cada uno para guiarse a sí mismo. Por todo esto, uno aquí mi esfuerzo al de todos los que están ya trabajando en construir un mundo más consciente.
Hemos dedicado mucho tiempo, esfuerzo y energía para reunir todos estos elementos en El nido del Fénix. Y queremos ponerlos a vuestra disposición.
Con amor,
David y Arantzazu