¿Que son los ritmos en nuestro día a día?
Todo parte desde lo más esencial: la respiración, el latido de nuestro corazón, la naturaleza transformándose en cada estación. En dos palabras… expansión, concentración.
Prácticamente los ritmos y los límites van muy unidos, y ayudan al niño a que su desarrollo sea equilibrado y sano, que le proporcione seguridad y confianza en sí mismo.
Vivimos en una sociedad donde en pocos momentos nos damos la oportunidad de conectar con nuestro sentir, todo está fuera y para los niños es sumamente importante llevarles de la mano en este sentido.
Es primordial rodear al niño de actividades diarias, en las cuales él sepa lo que va a pasar a continuación. Todo ello le da seguridad, quitándole así la ansiedad que provoca el no saber qué haremos después. Por ejemplo…..para un niño “Ir a dormir”, tiene un ritmo como puede ser: baño – cena – cuento – dormir. Esto le lleva a un equilibrio entre el día y la noche, el sueño y la vigilia, y así en todo lo que rodea su desarrollo físico y emocional.
Al comienzo de la mañana nos reunimos en el jardín para saludar el nuevo día, cantamos y poco a poco el juego libre va tomando forma. Al estar en el exterior les da la oportunidad de sentir todo lo que les rodea, la temperatura, la luz, colores, como la naturaleza se va transformando en cada estación. Todo ello lleva al niño a sentirse en conexión consigo mismo y con el entorno . El juego en el exterior es sumamente rico en movimiento, es un momento pleno de expansión.
Después llega un momento de calma donde al entrar a la casita sienten otra temperatura, otro ritmo. Se lavan las manitas y disfrutan de un rico almuerzo. Ese momento les da la oportunidad desde la tranquilidad a despertar sus sentidos, sentir la textura de la fruta, su olor, color y su rico sabor, todo ello acaricia su sentir.
En el día a día cuidamos los ritmos con propuestas como, hacer pan, pintar acuarela, buscar tesoros en la caja de arena.
Otra actividad desde la calma es el momento del cuento, donde a través de la escucha por unos momentos forman parte de mundos mágicos y sumamente enriquecedores.
Y así buscando siempre momentos donde los niños puedan sentirse en equilibrio físico y emocional.
El ritmo es salud, es vida y a través de él sanamos nuestro cuerpo.